Tablas de cocina de madera: mitos, cuidados y cómo preparar un tratamiento casero para que te duren años

Las tablas de cortar son un básico en cualquier cocina doméstica, pero pocas generan tanto debate como las tablas de madera. ¿Son higiénicas? ¿Se estropean más? ¿Hace falta mantenerlas? En este artículo desmontamos mitos, repasamos las alternativas y explicamos cómo preparar en casa un ungüento casero para hidratar y proteger tu tabla, a base de aceite mineral y cera de abeja aptos para uso alimentario.

1. ¿Son seguras las tablas de madera? Vamos por partes

La madera es un material poroso, de ahí que muchos piensen que “atrapa bacterias” y es poco higiénica. Pero lo cierto es que la madera tiene una ventaja clave: cuando se seca, las bacterias quedan atrapadas, sin aire ni humedad, y mueren. Por eso, en un uso doméstico habitual, una tabla de madera bien elegida y cuidada es totalmente segura.

¿Entonces por qué en hostelería se usa plástico?

Porque en restauración son necesarias prácticas de higiene mucho más estrictas:

  • Aguantan productos químicos fuertes.
  • Pueden ir al lavavajillas sin problema.
  • Permiten usar códigos de colores para evitar contaminaciones cruzadas.

Pero también tienen su cara B:

  • Con el uso generan microvirutas de plástico que acaban en la comida.
  • En los cortes se acumulan humedad y suciedad que no se secan bien.

Si tienes una tabla de plástico en casa, lavarla siempre en el lavavajillas es la mejor opción.

2. ¿Y qué pasa con otras alternativas?

Tablas de celulosa

Son duras, poco agradables al tacto y suelen castigar el filo del cuchillo. No requieren mantenimiento, pero la experiencia de uso deja bastante que desear.

Metales, vidrio, piedra… directamente no

Aunque son higiénicas, matan el filo de los cuchillos prácticamente al instante. Si aprecias tus herramientas, aléjate de ellas.

Conclusión rápida

En una cocina doméstica, la madera sigue siendo la reina: cómoda, segura, agradable al cortar y duradera… siempre que la cuides.

3. Elegir la madera adecuada: densidad y poro cerrado

Lo ideal es buscar maderas densas y de poro cerrado, que absorben menos humedad y resisten mejor los cortes.

Entre las más recomendables:

  • Olivo: muy estética y muy práctica.
  • Nogal: equilibrada, resistente y elegante.
  • Arce: clásica en cocinas profesionales.
  • Acacia: dura y estable.
  • Bambú: opción popular, pero demasiado duro para algunos cuchillos.

4. Limpieza correcta: ni obsesión ni dejadez

Lo que debes hacer

  • Limpiar la tabla justo después de usarla.
  • Secarla bien siempre.
  • Dejarla de pie, apoyada verticalmente, para que circule el aire.

Productos recomendados

  1. Agua con unas gotas de lejía (hipoclorito puro, sin perfumes).
  2. Detergente de cocina cuando ha habido grasa o suciedad intensa.
  3. Vinagre de limpieza para olores fuertes o manchas rebeldes (ajo, pimentón, etc.).

Lo que no debes usar

  • Detergentes agresivos.
  • Productos con fragancias o aditivos que resecan la madera.
  • Remojar la tabla o dejarla húmeda en el fregadero.

5. Mantenimiento: hidratar la madera para prolongar su vida

La madera, como nuestra piel, necesita hidratación. Un tratamiento periódico la hace más higiénica y evita que se agriete o deforme.

El básico: aceite mineral apto para uso alimentario

Impermeabiliza ligeramente la madera y facilita la limpieza.

El nivel superior: aceite mineral + cera de abeja

La mezcla de ambos crea un bálsamo espeso que:

  • Impermeabiliza más.
  • Requiere menos aplicaciones.
  • Aporta un brillo precioso y un tacto sedoso.

6. Cómo hacer tu ungüento casero para tablas de madera

Ingredientes

  • 4 partes de aceite mineral apto para contacto alimentario.
  • 1 parte de cera de abeja pura, también apta para uso alimentario.

(Importante: No uses aceite de oliva, coco o similares; acaban enranciándose y dejando olor.)

Preparación

  1. Pesa las cantidades con una báscula de cocina.
  2. Funde ambos ingredientes al baño maría.
  3. Mezcla bien y deja enfriar hasta conseguir una textura de pomada.

7. Aplicación en la tabla: paso a paso

  1. Lija ligeramente si la tabla es vieja o tiene manchas persistentes.
  2. Limpia el polvo con un paño húmedo.
  3. Aplica una capa generosa del ungüento con un trapo.
  4. Trata todas las caras y los cantos.
  5. Retira el exceso con un paño seco.
  6. Repite el proceso dos o tres veces si la madera está muy seca.

El experimento del agua

En una tabla tratada, el agua forma gotas y resbala sin penetrar. En una sin tratar, en cambio, se absorbe.
Esa impermeabilización es lo que evita que la humedad, bacterias y manchas penetren tan fácilmente.

8. También sirve para otros utensilios

Cucharas, morteros, boles de madera… el método es el mismo, y el resultado es espectacular: brillo, protección y una madera mucho más resistente al uso diario.

Las tablas de madera no solo no son peligrosas, sino que pueden ser la mejor opción para la cocina de casa si se limpian y mantienen bien.
Elegir la madera adecuada, limpiarla después de cada uso y aplicar periódicamente un tratamiento hidratante prolongará su vida útil y protegerá tus cuchillos.


Con un poco de mimo y un ungüento casero facilísimo de preparar tu tabla puede acompañarte durante años con un aspecto estupendo y un rendimiento impecable. Si te gustan los utensilios de cocina y disfrutas cuidándolos, este es un pequeño ritual que merece mucho la pena.