Errores comunes en la cocina y cómo solucionarlos para cocinar mejor

Descubre los fallos más habituales al cocinar y aprende trucos sencillos para evitarlos. Mejora tus platos y disfruta más de la cocina.

Cocineros

Para que tus platos pasen de correctos a deliciosos, no solo importan los ingredientes que compras, sino también cómo utilizas ciertos elementos fundamentales y las herramientas que empleas.

Básicos

Estos son los errores más básicos cometidos por todo principiante en la cocina.

La grasa: No solo aceite de oliva

Un error muy extendido es usar poca grasa o limitarse únicamente al aceite de oliva. La grasa es esencial por dos motivos: transporta el sabor y conduce el calor eficazmente, logrando cocciones más homogéneas. No temas usar la cantidad adecuada; a menudo, es uno de los secretos del sabor de restaurante. Además, explora otras grasas: el aceite de girasol o cacahuete son ideales para frituras por su resistencia al calor y sabor neutro. La mantequilla también aporta matices y texturas únicas en salsas y repostería.

Sal y acidez: El equilibrio perfecto

Salar correctamente es un arte que marca la diferencia. Un truco es sazonar por fases: añade sal cada vez que incorpores un ingrediente principal a la preparación. Con la carne, la regla es salar justo antes de cocinar o con al menos 40 minutos de antelación para que quede más tierna y sabrosa. Pero no olvides la acidez; un toque de vinagre, limón o vino en guisos y salsas realza los sabores, aporta frescura y evita que el plato resulte pesado.

Textura: El toque crujiente

Un plato redondo no solo debe tener buen sabor, sino también texturas interesantes. Introduce elementos crujientes para crear contraste: unos frutos secos tostados, pan frito, semillas, o simplemente dorar bien algunos ingredientes. La textura hace la comida más divertida y apetecible.

Herramientas esenciales: Menos es más

No necesitas una cocina llena de artilugios. Invierte en básicos de calidad:

assorted cookware set
  • Sartenes: Una buena sartén de acero inoxidable es increíblemente versátil. Puedes complementarla con una antiadherente para huevos o tortillas y una cocotte de hierro fundido para guisos largos.
  • Cuchillos: Un cuchillo de chef o cebollero de unos 20-24 cm es suficiente para la mayoría de tareas. Mantenlo bien afilado; un cuchillo afilado es más seguro y eficaz que uno romo. Un afilador sencillo es mejor que nada.
  • Termómetros: Un termómetro de cocina para carnes, aceites o caramelo te dará precisión y tranquilidad. Un termómetro de horno es clave, ya que muchos hornos domésticos no son precisos.
  • Boles y Bandejas: Tener suficientes recipientes facilita la organización (mise en place) y el cocinado.
  • Moldes para Horno: Usa metal (aluminio, acero al carbono). Conducen mejor el calor que el cristal o la silicona, logrando horneados más uniformes.
  • Rejilla: Imprescindible para enfriar bizcochos, galletas o reposar carnes, evitando que se reblandezcan por el vapor o los jugos.

Evita los utensilios de un solo uso y los sets de cuchillos enormes al principio.

Preparación: Los secretos de un buen cocinero

La forma en que te organizas y aplicas ciertas técnicas puede transformar tu experiencia en la cocina y el resultado final.

sliced meat on white ceramic plate

Mise en place: La Organización es Poder

Preparar y pesar todos los ingredientes antes de empezar a cocinar (la famosa mise en place) reduce el estrés y evita errores. Pica la cebolla, mide los líquidos, ten las especias a mano... Para comidas grandes, puedes dividir la preparación en varios días.

El arte de saltear y dorar

Para conseguir un buen dorado en carnes o verduras, sigue estos pasos: seca bien el ingrediente, usa suficiente grasa caliente en la sartén y no la llenes demasiado. Cocina en tandas si es necesario. Un buen dorado (reacción de Maillard) aporta muchísimo sabor. No temas al color oscuro; un ligero quemado controlado (tatemado) en verduras o carnes puede añadir profundidad y un toque ahumado delicioso.

El punto justo: Temperatura y cocción

Precalienta siempre sartenes, ollas y el horno. Cocina a la temperatura adecuada; muchas recetas requieren fuego medio-alto. No sobrecocines las verduras; déjalas al dente para que mantengan textura y sabor. Usa un termómetro para asegurar el punto exacto de cocción de las carnes y otros elementos delicados. Y recuerda dejar reposar las carnes unos minutos antes de cortarlas para que los jugos se redistribuyan.

Salsas y pastas: Un mundo de sabor

Eleva tus platos de pasta terminando su cocción en la propia salsa. Saca la pasta un par de minutos antes de que esté lista, pásala a la sartén con la salsa y añade un poco del agua de cocción. Este proceso, llamado mantecare, emulsiona la salsa y hace que la pasta absorba más sabor. Y considera hacer tu propia salsa de tomate casera; simplemente reduciendo tomate triturado en lata mejorarás enormemente cualquier plato que la lleve.

Especias: El alma de tus platos

Las especias dan vida a la comida. Para sacarles el máximo partido: tuéstalas ligeramente en una sartén seca antes de usarlas, especialmente si son protagonistas del plato. Compra especias enteras y muélelas al momento; su aroma y sabor serán incomparablemente mejores que las pre-molidas. Mantenlas organizadas y a mano para que no olvides usarlas.

Masas: Paciencia y técnica

Al hacer masas (pan, pizza...), amasa el tiempo suficiente para desarrollar el gluten. No caigas en la tentación de añadir más harina si la masa está pegajosa al principio; sigue amasando. Un amasado a mano puede llevar hasta 20 minutos. También puedes usar reposos largos (autólisis o fermentación en frío) para que el gluten se desarrolle solo.

Errores comunes

Repasemos algunos fallos específicos que pueden estar saboteando tus esfuerzos en la cocina.

person grating cheese

Errores con ingredientes y cantidades

  • Queso rallado: Rállalo tú mismo. El queso pre-rallado contiene antiapelmazantes que afectan a su sabor y cómo funde.
  • Picante: Úsalo como un sabor más para añadir complejidad, no como una prueba de resistencia.
  • Flexibilidad (Excepto repostería): No sigas las recetas al pie de la letra (salvo en repostería). Sustituye ingredientes si es necesario (pollo por ternera, harina por maicena...). Aprende técnicas y adapta.
  • Repostería: Aquí sí, sé preciso. La repostería es química. No cambies ingredientes clave como la grasa, el azúcar o los huevos sin saber las consecuencias.
  • Medir especias: No te obsesiones con el gramo exacto en especias para guisos o salteados. Una cucharadita es una medida perfectamente válida en muchos casos.
  • Lavar el arroz: Lava el arroz (excepto para risotto) antes de cocinarlo para eliminar el exceso de almidón y obtener granos sueltos.

Errores de técnica y utensilios

  • Guantes: Úsalos solo si es necesario por higiene (heridas) o protección (picantes, olores fuertes). Lávate las manos frecuentemente; es más higiénico que usar guantes continuamente.
  • Recetas únicas: No existe una única receta correcta para cada plato. Explora variantes y crea tu propia versión.
  • Cuchillos sin afilar: Es peligroso y frustrante. Afila tus cuchillos regularmente.
  • Gadgets innecesarios: Empieza con lo básico y de calidad antes de comprar aparatos específicos.
  • Empezar por lo difícil: Comienza con recetas sencillas para aprender las bases y ganar confianza.
  • Necesidad de equipos caros: Muchas cosas se pueden hacer sin máquinas (amasar a mano, montar claras con varillas...). Compra equipamiento avanzado solo si realmente lo necesitas y vas a usarlo.
  • Freír con poco aceite: Usa abundante aceite para mantener la temperatura estable y conseguir una fritura crujiente y uniforme.
  • Moldes inadecuados: Evita el cristal y el plástico para hornear. Usa metal.

Errores de planificación y finalización

  • Conservar hierbas frescas: Envuélvelas en papel de cocina ligeramente húmedo y guárdalas en una bolsa hermética en la nevera para que duren más.
  • Construir capas de sabor: Añade ingredientes que aporten profundidad aunque no se noten individualmente (concentrado de tomate, mostaza, vino, hierbas...).
  • Probar la comida: Prueba constantemente durante la cocción para ajustar sal, acidez y sazón.
  • Recibir invitados: No te compliques demasiado. Prepara platos que puedas adelantar y céntrate en disfrutar. La comida casera sencilla suele ser muy apreciada.
  • Emplatar: Cuida la presentación. Busca contrastes de color y forma, usa un plato de tamaño adecuado y añade algún topping final.
  • Botiquín: Ten a mano tiritas, desinfectante y crema para quemaduras.
  • Limpiar sobre la marcha: Aunque cueste, limpiar mientras cocinas facilita mucho la tarea final.
  • Fatiga del paladar: Recuerda que tu percepción del sabor disminuye mientras cocinas. Confía en la opinión de los demás y no seas demasiado autocrítico. ¡Lo que cocines mañana te sabrá a gloria!

Esperamos que estos consejos te ayuden a identificar y corregir pequeños errores para que disfrutes aún más cocinando y tus platos sean todavía mejores. ¡A cocinar!